EL PODER DE LA MENTE
Bueno, y quedé en la pega. Y la intensidad nunca acabó. Y es tanto, que mi mente, en su infinito poder, hace lo que sea para mantenerme sana. Mientras el calor, el sudor, la espalda, el dolor, las quemaduras, los moretones, la espalda de nuevo, quiero ir al baño y no puedo, lleva mil tablas y sin quejarte, por medio de esos pasillos diminutos, sin pegarle a nadie, que nadie te tire salsa caliente sin querer, que los mangos de las sartenes calientes no te hagan tropezar, que el chef no te tiré su sartén hirviendo usado en las piernas, mientras tus compañeros te gritan en la oreja su idioma incomprensible, y recordar que te pagan dos mocos, por esto, por el dolor de espalda, y soy joven, nada debería doler, esto es ser inmigrante, o esto es aceptar la explotación, y así, comienza el desvarío...
Bajo
estrés. Las horas del restaurant son un suplicio. Mi cuerpo no resiste, pero
tengo que poder hacerlo, por qué , no sé. Entonces me canto canciones. Me
apuran pero canto más fuerte en mi cabeza.
...La mente, mi mente maravillosa, sintoniza mi radio más subconsciente y me canta canciones que van desde: "Cecilia- Aleluya" , "Nino Bravo -Noelia", hasta clásicos como "Michael Jackson - Thriller"- que coincide mucho con el ritmo de la cocina, y "Queen - Bohemian Rhapsody" que también van con el ritmo, pero de manera mucho menos tétrica.
Increíble el compilado de música que un tiene en su cerebro. Y la canción Noelia me lleva a pensar en nombres bonitos de mujer. “¿Cómo le pondré a mis hijas? ¿Y cómo será mi matrimonio? Qué canciones sonarán en esa fiesta. Qué comida comeremos. A quiénes invitaré. ¿De día o de noche? Me gusta el pasto.... ¿Dónde quiero vivir a la vuelta?. Creo que podría vivir en el campo, cerca de Pto Varas. ¿A qué me dedicaría? No descarto tener un pequeño café. Pero después de la experiencia restaurant tendría un café con MÁXIMO 4 mesas. Y cultivaría mis verduras, sí. Para que tanta opulencia…” y así la corriente de conciencia que se activa al secar vajilla y cubiertos. Es realmente hipnótico. Pero también creo que es un sistema de desconexión muuy potente que tiene mi cerebro. Se va… lejos. Y puede seguir mucho rato. Hasta que el dolor de espalda vuelve a atacar, o las manos. Y hay que cargar con cosas. O tus compañeros te dejan sola, entonces tienes que volver a repartir toda la loza que se ha ido acumulando. Ahí tienes que volver a despertar. Vuelves al mundo real. Pero realmente, si no fuera por mi mente y su maravillosa capacidad de volar, no sé si podría soportar todas esas horas de trabajo. Estoy impresionada de su poder, y de la capacidad física de mi cuerpo. Y me siento joven. Pero igual estoy reventada. Solo quiero ser optimista.
La música ayuda mucho, y me sorprende el repertorio que existe en mi interior.
...La mente, mi mente maravillosa, sintoniza mi radio más subconsciente y me canta canciones que van desde: "Cecilia- Aleluya" , "Nino Bravo -Noelia", hasta clásicos como "Michael Jackson - Thriller"- que coincide mucho con el ritmo de la cocina, y "Queen - Bohemian Rhapsody" que también van con el ritmo, pero de manera mucho menos tétrica.
Increíble el compilado de música que un tiene en su cerebro. Y la canción Noelia me lleva a pensar en nombres bonitos de mujer. “¿Cómo le pondré a mis hijas? ¿Y cómo será mi matrimonio? Qué canciones sonarán en esa fiesta. Qué comida comeremos. A quiénes invitaré. ¿De día o de noche? Me gusta el pasto.... ¿Dónde quiero vivir a la vuelta?. Creo que podría vivir en el campo, cerca de Pto Varas. ¿A qué me dedicaría? No descarto tener un pequeño café. Pero después de la experiencia restaurant tendría un café con MÁXIMO 4 mesas. Y cultivaría mis verduras, sí. Para que tanta opulencia…” y así la corriente de conciencia que se activa al secar vajilla y cubiertos. Es realmente hipnótico. Pero también creo que es un sistema de desconexión muuy potente que tiene mi cerebro. Se va… lejos. Y puede seguir mucho rato. Hasta que el dolor de espalda vuelve a atacar, o las manos. Y hay que cargar con cosas. O tus compañeros te dejan sola, entonces tienes que volver a repartir toda la loza que se ha ido acumulando. Ahí tienes que volver a despertar. Vuelves al mundo real. Pero realmente, si no fuera por mi mente y su maravillosa capacidad de volar, no sé si podría soportar todas esas horas de trabajo. Estoy impresionada de su poder, y de la capacidad física de mi cuerpo. Y me siento joven. Pero igual estoy reventada. Solo quiero ser optimista.
La música ayuda mucho, y me sorprende el repertorio que existe en mi interior.
Compañeros de trabajo Nepaleses, chef japónes. Creo que los meseros son italianos, y los administradores tienen cara de mafia rusa. Creo que soy lo más cercano a algo "italiano (latino)" de esa cocina.
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