LA PIZZA BOTADA Y EL CONTRABANDO DE LA COCINA
“Comí tallarines con aceite y ajo. Demasiado ajo, demasiado aceite. Not nice. Pero es gratis, y tengo hambre. Después me dieron la mitad de una pera, después más tallarines, esta vez un poco más decentes con ají y camarones, pero nunca con sal, y al final del turno me regalaron unas chuletas de cerdo con miel. Eso si que estaba bueno“.
Final de turno. Son cerca de las 00 am. Estoy muerta de hambre y me como las chuletas pegajosas en el anden esperando el Light Rail. Huelo muy mal, estoy llena de comida en la ropa, sudada, mi pelo debe oler a todos los ingredientes combinados y húmedos de ese restaurant, no me puedo la espalda, ni las manos, tengo moretones en los tobillos por los zapatos de seguridad duros que hay que usar en la cocina… Soy una imagen hermosa…. De la explotación. Miro al horizonte con las costillas en la mano, la boca llena de grasita, mastico lento por que no me queda demasiada energía y de repente me doy cuenta de que hay más gente en el andén. Y tengo conciencia de mi persona y mi imagen. Y si. Soy oficialmente un vagabond. Nadie se quiere sentar a mi lado.
Algunos turnos después comienzo a entender que ser Kitchen Hand significa ser lo más bajo de la Casta Cocinera: no tienes derecho a nada. O sea, excepto que sea trabajar, trabajar, caminar, sudar, llevar ollas que miden lo mismo que tú, dejarlas en lugares que nadie normal alcanza y encima del fuego, tratar de no incendiarte sin interrumpir demasiado, pedir perdón, pedir permiso, seguir de pie, caminando, sudando, trabajando. De eso se trata. Este es un restaurant grande, y hay varios kitchen hand: uno que lava la loza, un que bota la basura, y yo, que seco y ordeno. Hay otros, especializados en solo lavar sarténes y ordenarlos. Porque los sartenes son una ciencia aparte. Lo triste y divertido es que los mini chefs de los diferentes sectores -postres, carnes, tallarines-, les tienen bastante pena a los kitchen hand. Porque saben que más bajos en el escalafón que ellos, entonces de vez en cuando les contrabandean comida. Papas fritas que se humedecen con el agua del lavavajillas, tallarines llenos de aceite, mucho ajo y sin sal, tiramisús a medio comer... o sea, exquisiteces culinarias del tipo SOBRAS. Pero de las más apreciadas, y que hay que comerse rápido y sin dudar, medio escondido detrás de algún lugar donde no te vea el chef, porque no se supone que comas. En UNA COCINA. LLENA DE COMIDA... (? insertar meme de negro desconconcertado)
Final de turno. Son cerca de las 00 am. Estoy muerta de hambre y me como las chuletas pegajosas en el anden esperando el Light Rail. Huelo muy mal, estoy llena de comida en la ropa, sudada, mi pelo debe oler a todos los ingredientes combinados y húmedos de ese restaurant, no me puedo la espalda, ni las manos, tengo moretones en los tobillos por los zapatos de seguridad duros que hay que usar en la cocina… Soy una imagen hermosa…. De la explotación. Miro al horizonte con las costillas en la mano, la boca llena de grasita, mastico lento por que no me queda demasiada energía y de repente me doy cuenta de que hay más gente en el andén. Y tengo conciencia de mi persona y mi imagen. Y si. Soy oficialmente un vagabond. Nadie se quiere sentar a mi lado.
Algunos turnos después comienzo a entender que ser Kitchen Hand significa ser lo más bajo de la Casta Cocinera: no tienes derecho a nada. O sea, excepto que sea trabajar, trabajar, caminar, sudar, llevar ollas que miden lo mismo que tú, dejarlas en lugares que nadie normal alcanza y encima del fuego, tratar de no incendiarte sin interrumpir demasiado, pedir perdón, pedir permiso, seguir de pie, caminando, sudando, trabajando. De eso se trata. Este es un restaurant grande, y hay varios kitchen hand: uno que lava la loza, un que bota la basura, y yo, que seco y ordeno. Hay otros, especializados en solo lavar sarténes y ordenarlos. Porque los sartenes son una ciencia aparte. Lo triste y divertido es que los mini chefs de los diferentes sectores -postres, carnes, tallarines-, les tienen bastante pena a los kitchen hand. Porque saben que más bajos en el escalafón que ellos, entonces de vez en cuando les contrabandean comida. Papas fritas que se humedecen con el agua del lavavajillas, tallarines llenos de aceite, mucho ajo y sin sal, tiramisús a medio comer... o sea, exquisiteces culinarias del tipo SOBRAS. Pero de las más apreciadas, y que hay que comerse rápido y sin dudar, medio escondido detrás de algún lugar donde no te vea el chef, porque no se supone que comas. En UNA COCINA. LLENA DE COMIDA... (? insertar meme de negro desconconcertado)
Cosas que no entiendo. Mi propio Kitchen Confidential.
WSP: “Fue
un dia heavy hoy. Muy heavy. Me duele la cabezota. Mañana dicen que será peor (porque es el día de la mamá acá). Pal sapo. Lo único bueno de los días brígidos
es que se me pasan más rápido. Le escribí al chef para ver si podía ser mesera.
Me dijo en su inglés japonés que si quería quedarme en la cocina me podía dejar
en otra sección para aprender más! Pero si no quería quedarme en la cocina
podía ver si había la posibilidad de ser mesera. No sé que hacer. Porque aprender es bacán. Pero igual, es la cocina (ritmo brígido).
.. Pero es aprender! No sé, me gustó la idea. Debe ser la misma poca plata.
Pero algunas cosas cambian. Tengo que dormir al respecto. Y aun tengo que
bañarme. Estoy hecha un azshhco tío. Me baño y dormiré. Tengo que despertar en 5
horas más… y mi espalda esta hecha pebre.”
La cosa es que en este restaurant venden pizzas de A METRO. UN METRO DE PIZZA. Y vale caro. (hasta de 3 metros, veo en el menú que vale arriba de 200 AUD). Y los maestros pizzeros se compadecieron del grupete nepalés de Kitchen hand que no para nunca, e hicieron una pizza de 3 metros para ellos (incluida yo). Ingredientes: Cebollas, pollo, queso, mucho queso, y salsa barbaque. Ma-Ra-Vi- LLO- Sa! Hermosa pizza enorme. La cosa es que, como no paramos jamás, pusieron la pizza en el único lugar que cabía: en lo alto, arriba de unos estantes, encima del lavaplatos donde todo abajo es suciedad, agua, mugre, comida botada, y yo. Todos atentos a la pizza, baboseando por ese momento glorioso de dos minutos libres donde poder sacar un pedazo: "Hace 6 horas que no paro, no siento la espalda ni los brazos, pero esa pizza recién hecha me espera, y hay de sobra para todos...". Hasta que llega "Hulk": un Nepalés enorme, que desde que llegó lo pusieron a ordenar sarténes, porque es tan enorme que es el único que se los puede, pero es tan bruto que ha quebrado mil platos y se ha hecho mucho daño sin querer también - se ha cortado y quemado incesantemente-. La cosa es que el bruto de Hulk va a sacar algo desde lo alto que solo él alcanza y con un movimiento brutal, digno de su persona, todos los esclavos vemos en cámara lenta como el hermoso premio de contrabando de tres metros cae lentamente (inserte aquí su Vals favorito https://youtu.be/4FcTYF0OBSg): ingredientes calientitos, queso derretido, salsita rica, todo, sin misericordia, al asqueroso suelo inmundo de pantano cocinero. TODO. LA PIZZA COMPLETA. TRES METROS QUE DABAN SENTIDO A MI VIDA. TODO. Se pudrió todo. Nada tiene sentido. Hulk Cu. La muerte en mi corazón.
Pero! -y de esto me avergüenzo, pero al mismo tiempo no, porque esa pizza era en ese momento lo único hermoso y motivante que veía en mi vida dentro de las próximas horas, premio a la esclavitud-, veo tres pedazos que cayeron, no en el pantano que es el piso, no, sino en unas sarténes que estaban lavadas, listas para ser ordenadas, dispuestas en el piso por el destino que no quería que la pizza muriera sin cumplir su cometido de alegrarle la vida a la gente. Y sin pensarlo ni siquiera un segundo salió el marrano ninja que hay en mi y dije: "MATANGA DIJO LA CHANGA, TENGO CENA MATHER FATHERS!" y agarre los pedazos medios mojados de pizza, y los guarde en una cajita para llevarlos a mi casa.
Me sentí satisfecha. Nada había sido en vano.
La cosa es que en este restaurant venden pizzas de A METRO. UN METRO DE PIZZA. Y vale caro. (hasta de 3 metros, veo en el menú que vale arriba de 200 AUD). Y los maestros pizzeros se compadecieron del grupete nepalés de Kitchen hand que no para nunca, e hicieron una pizza de 3 metros para ellos (incluida yo). Ingredientes: Cebollas, pollo, queso, mucho queso, y salsa barbaque. Ma-Ra-Vi- LLO- Sa! Hermosa pizza enorme. La cosa es que, como no paramos jamás, pusieron la pizza en el único lugar que cabía: en lo alto, arriba de unos estantes, encima del lavaplatos donde todo abajo es suciedad, agua, mugre, comida botada, y yo. Todos atentos a la pizza, baboseando por ese momento glorioso de dos minutos libres donde poder sacar un pedazo: "Hace 6 horas que no paro, no siento la espalda ni los brazos, pero esa pizza recién hecha me espera, y hay de sobra para todos...". Hasta que llega "Hulk": un Nepalés enorme, que desde que llegó lo pusieron a ordenar sarténes, porque es tan enorme que es el único que se los puede, pero es tan bruto que ha quebrado mil platos y se ha hecho mucho daño sin querer también - se ha cortado y quemado incesantemente-. La cosa es que el bruto de Hulk va a sacar algo desde lo alto que solo él alcanza y con un movimiento brutal, digno de su persona, todos los esclavos vemos en cámara lenta como el hermoso premio de contrabando de tres metros cae lentamente (inserte aquí su Vals favorito https://youtu.be/4FcTYF0OBSg): ingredientes calientitos, queso derretido, salsita rica, todo, sin misericordia, al asqueroso suelo inmundo de pantano cocinero. TODO. LA PIZZA COMPLETA. TRES METROS QUE DABAN SENTIDO A MI VIDA. TODO. Se pudrió todo. Nada tiene sentido. Hulk Cu. La muerte en mi corazón.
Pero! -y de esto me avergüenzo, pero al mismo tiempo no, porque esa pizza era en ese momento lo único hermoso y motivante que veía en mi vida dentro de las próximas horas, premio a la esclavitud-, veo tres pedazos que cayeron, no en el pantano que es el piso, no, sino en unas sarténes que estaban lavadas, listas para ser ordenadas, dispuestas en el piso por el destino que no quería que la pizza muriera sin cumplir su cometido de alegrarle la vida a la gente. Y sin pensarlo ni siquiera un segundo salió el marrano ninja que hay en mi y dije: "MATANGA DIJO LA CHANGA, TENGO CENA MATHER FATHERS!" y agarre los pedazos medios mojados de pizza, y los guarde en una cajita para llevarlos a mi casa.
Me sentí satisfecha. Nada había sido en vano.
Y, al finalizar el día, un
consejo para todos: pasénle una servilleta a los cubiertos antes de comer en cualquier restaurant. Se los dice alguien que seco muchos
cubiertos. Si quieren saber por qué, fijénse en el adjetivo "pantano" que se usa para referirse al piso de la cocina. Eso no más les digo. De boby.
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