Cumpleaños 31 y Crisis

Para mi cumple invite a los chilenos que al llegar a Australia me acogieron. Lo hice como señal de buena voluntad, más que porque son mis amigos. A mis amigos los invite, temprano, porque mi idea era ir después a bailar. O todos juntos. La cosa es que un día antes me entero que los chilenos están organizando el cumpleaños de otra de las niñas del grupo en la playa. Un asado. " No vendrán", pensé,  la verdad me dio lata que hicieran algo el mismo día cuando yo los había invitado hace semanas. Pero, bueno, no son tan amigos míos tampoco.

La cosa es que llegaron muy tarde. Ya no quedaba nada, y me preguntan si es que tengo parrilla. Les dije que si, y me dicen "ya!, es que trajimos carne". Pero, ellos querían que YO les prendiera el fuego, y que YO les asara la carne. (???) Después, como ya no había trago, querían reunir dinero entre TODOS LOS ASISTENTES e ir a comprar. ¿Por qué no trajeron ellos su propio copete? mis invitados ya habían traído su aporte...
Por suerte después llegó la Policía. Digo "por suerte", porque en ese minuto me pareció terrible, pero fue la excusa para que se fueran. Adiós gente barsa, que pena que sean mis compatriotas.
La gran enseñanza de esta experiencia fue que JAMÁS nunca de nuevo en mi cumpleaños invitaré a gente por compromiso. Jamás.  No se portan bien, y solo arruinan el mood.


 Ahora viene la descripción de uno de los momentos más trise que pase en Australia. No sé si quiero ser muy descriptiva al respecto, y solo corregiré lo que en su momento escribí. Lo redacté a la rápida, porque no quería que se me olvidará, pero fue un momento tan feo, que prefiero pasarlo rápido y no rememorar demasiado. Ya me costó bastante superar esas oscuras etapas que se venían desde esta fecha hasta meses más tarde...

Semana de mierda, mi amiga Annie quiere renunciar. Y yo lloro, es demasiada pega, no veo a mi pololo. Pido aumento de sueldo y me lo dan. Eso me sube un poco el ánimo. Se arma un carrete de oficina, en un bar a la salida de la pega. Le digo a Roberto que me acompañe. Todos están muy simpáticos, pagan todos los tragos, yo no pague un carajo. Y es viernes, y Sorel, mi jefa, me dice que sigamos la fiesta en su casa, en Redfern. Nos vamos en taxi ( por primera vez un gran lujo), y lo disfrutamos. Sorel pasa a comprar más vino. La verdad estamos bastante bebidos, pero ella parece estarlo más. Llega a su casa y comienza a cocinar. Se le quema la comida, se encienden las alarmas de incendio, es EVIDENTE que está borracha. Y se le nota demasiado que es lesbiana, que es camiona, que le gusto y que odia a mi amiga Annie porque es coreana y no sabe hablar bien inglés (aunque es más productiva que todo el equipo junto). Y que le cae mal Dewi, porque es musúlmana y no le puede mandar a  preparar carne porque no puede probarla, porque va contra de su religión (aunque siempre está dispuesta a trabajar doscientas horas y a ayudarles a todos).
Roberto me pide que por favor nos vamos porque se está haciendo demasiado tarde y él tiene que trabajar al otro día. Nos volvemos.
Llegamos al tren y me duermo de borracha en el vagón. Despierto, con el escándalo que está haciendo Roberto, de que él andaba con mochila, y ahora no la encuentra y me despierta diciéndome que cómo YO no me di cuenta. Le digo que volvamos. Me dice que no sabe donde se le perdió...esta enojado porque no caché, y yo me enojo porque yo estaba durmiendo,  yo SI ando con mi mochila, y en resumen porque no hemos tenido una PUTA NOCHE sin pelear hace demasiado tiempo.
Le pego a la pared del vagón del metro frente mio. Dos veces. Me duele la mano. Me dice que pare.

...

Mi pololo se aburre conmigo. Me dice que me extraña, que últimamente no hacemos nada juntos, pero le digo que cuando estamos juntos, hay algo le hace falta a él. Porque él es el que anda rabioso y con cara larga hace tiempo. Me dice que no hace nada que le guste. Hace cosas, pero nada que le guste. Le digo que es un buen comienzo - saber lo que a uno le molesta- y que debería empezar ahora. Me dice que mañana no porque nos vamos de viaje. Le digo que pare de poner excusas. Me dice que vamos al carrete de su pega (?) del cuál no me había enterado hasta ese mismo instante.Yo no sabia. Le digo que prefiero no ir porque voy a ir a dar jugo (no me siento muy querida, cuando tomo me pongo super peleadora y sé que va a ir a hablar con todos los demás, no conmigo, y la verdad prefiero evitar el mal rato). Pone cara de lata de nuevo. No me acuerdo precisamente, pro muy probablemente le dije que fuera solo. Me dijo que no, o lo asumo porque es una discusión que hemos tenido hace tiempo y siempre resulta en estas mismas respuestas.

Que lata. Que fome el panorama: quedarte viéndome la cara.
Lo siento por no alcanzar tus expectativas.

Necesito a mi mamá, a mis amigas, pero a mi lado. No sé cómo superar esto.

Salimos de paseo a la playa. Es hermoso, el día está lindo, todo es perfecto. Compramos fish and chips, cervezas, meto los pies al agua... Pero nos acordamos de una estupidez pasada. Una pelea grande, para el único 18 que hemos pasado juntos. Pienso que siempre peleo los 18...o los años nuevo. Es el copete, obvio. Pero lo que me da rabia es que sigue defendiendo su postura. Y es testarudo, es difícil hablar con él, porque cree que tiene la razón. Le digo que estar con él es mi karma, se lo toma como si en vez de decir karma hubiera utilizado la palabra "maldición". Le explico que no es en ese sentido, es que él es igual a mi, y eso es lo que yo pedí...tan mañoso y taimado como yo. Después de un rato de pelea ya nos da frío porque de hizo de noche y nos vamos. En el camino entramos en calor y se nos pasa. Decimos que nunca más vamos a pelear.
Llegamos a la casa, se me cae algo al cocinar, puteo. Él me dice que me calme, yo en talla digo :"el más calmado", y me sube el tono, y contesta: "ya, pero relajate!". Momento tenso. No me gritó, pero subió la voz. Fue como cuando retaba a su mamá, como que se siente amenazado y ataca. Y yo no quiero hacerle daño ni atacarlo. Soy su polola.

Hoy desperté con la sensación de que me falta por conocerlo. Desperté con un poco de temor de esos arrebatos de ira, que se desatan hacia mi, aunque no son para mi. ¿Cuál de todos será él? ¿El tierno? ¿El protector? ¿El iracundo?...
Me siento sola. Siento, a veces, que cuando él me sorprende con estos nuevos estados, no sé quien es. Y es como estar sola. Y me dan unas ganas tremendas de irme a mi casa...

No es un desconocido, pero como que pasamos a una nueva etapa. Me dice muchas cosas lindas, que habló mucho de mi, que soy hermosa. Le pregunto si le puedo hablar como a mi amigo y le cuento que mi pololo está actuando extraño y todo lo anterior. Me dice que mi pololo es un cabro chico testarudo, pero que probablemente se está puliendo. Nos miramos. Me gusta, maldición. Me dice que de ahora en adelante me va a contar todos sus secretos, las cosas mas importantes, los mejores chistes y cosas así. Me encanta la idea. Creo que captó de qué estaba hablando.

Enseguida, vamos al cumple de un roomate; yo no tengo ganas pero hay que ser sociable también. Y mi pololo se queda todo el rato conmigo. Hace melón con vino, hablamos con unos gringos, me río de sus chistes, nos reímos juntos. Lo amo de nuevo. Lo amo. Lo amo mucho. Lo paso bacán con él.